SAN ZAPATERO Y SAN RAJOY PATRONOS DE CADIZ.
“EL PADRE NUESTRO”


BAJO LA INTERVENCIÓN DE NUESTROS

MODERNOS PATRONOS PADRES LISTOS

QUE ESTÁIS EN EL LIMBO

SACRILICADOS TENGAN SU NOMBRE

HÁGASE LA VOLUNTAD

AQUÍ EN MI TIERRA EN VEZ DEL CIELO.

NO ME NEGUEIS EL PAN DE CADA DIA

Y PERDONAD MIS DEUDAS

LO MISMO QUE HABEIS HECHO CON LOS BANQUEROS

NO ME DEJEIS CAER EN LA TENTACIÓN,

Y BUSQUÉNME UN CURRO YA PORQUE VOY A EXPLOTÁ. Amen.

Ésta oración elevada piadosamente 4 veces al día, en tiempo no muy lejano, da su fruto y obra el milagro que se reduzca el paro en la ciudad a más de la mitad. ¡Amén!

sábado, 26 de mayo de 2012

Carta al obispo de ALCALÁ HENARES D. Juan Antonio Reg Pla.


Eminencia reverendísima:

Nunca antes había tenido ocasión de dirigirme a tan alta estancia religiosa desconociendo los mecanismos legales para estos menesteres. Por ello; me dirijo a Vd. como a un ciudadano más de a pie y de esta forma hasta es posibles que nos entendamos mejor. Con todo respeto me gustaría hacerle una pregunta que quizás pueda parecerle indiscreta aunque éste concepto descalificador no voy a utilizarlo de ninguna de las maneras ya que su Eminencia revenidísima: Merece toda mi consideración.

Respeto que no desvía mi atención para hacerle una preguntita que desde hace bastante tiempo necesito aclarar para mi satisfacción personal y conocimiento general. ¿Qué tiene Vd. Eminencia contra los homosexuales? ¿Porqué los nombra tanto es sus discursos y verborreas? ¿Es Vd. homófono? Esta trilogía de preguntas se la hago símil al enigma del Espíritu Santo, o sea, tres en uno. Tres pregunta en una para no sobrecargar el texto de la misiva ya que mi diminuta mente por desconocimiento no llega a comprender la guerra sicológica machacona que mantiene la Iglesia Católica Apostólica y romana con estos ciudadanos que para nada ofenden y dañan la moral de la institución a la que Vd. pertenece y defiende a espada y carapela.

Es Vd. incansable y constante en el tema de la homosexualidad de cara a la galería. Aprovecha cualquier ocasión sicológicamente y los pone a parir con demasiada frecuencia según el guión de turno. Guión escrito con renglones torcidos que en éstos tiempos ni se entiende, ni de digiere ni se acepta. Máxime cuando en el seno de la Iglesia Católica desde tiempos remotos la homosexualidad y la pedofilia han ido de la mano sin que nada ni nadie lo haya llamado por su nombre. Que diferencia encuentra su Eminencia revendísima en un homosexual normal de la calle a un homosexual católico y ministro religioso?

Me imagino que Vd. tendrá conocimiento que el inventor de esa absurda etiqueta tan xenófoba y sangrante fue el prusiano Karl María Kertbeny en 1869 allá en los Estados Unidos donde todo se comercializa y todo se vende al mejor postor sin pensar en el mal que le causa a un colectivo de personas que son hijos de Dios con los mismos derechos y deberes que un Papa, Cardenal, Obispo o cura raso. Vd. y los suyos predican mucho sobre el amor entre hermanos hijos de Dios ¿A que hermanos se refieren? A los llamados “limpios de corazón” “a los que cumplen con Dios” “ó a los hermanos enfermizos asustados que viven con el miedo metido en el cuerpo de condenarse al fuego infierno” ¿Los homosexuales que son hijos de Dios o son “primos” hermanos?

Habla Vd. de formar familia. Casarse y vivir dignamente en la sociedad. ¡Por Dios y Jesucristo; Eminencia! Cuánto despiste hay en el seno de esa congregación que no acepta  la verdad y la razón por pura miopía. ¿Vd. está casado Eminencia? ¿Tiene hijos? ¿Ha formado una familia? Dicen los evangelios “crecer y multiplicaos”. Los homosexuales se casan y tienen hijos. Procrean. Cumpliendo con el mandamiento divino. Por lo tanto son fieles a la doctrina reveladora mucho más que quienes por delirios colectivos esotéricos ni se casan, ni tienen hijos y no forman familia. ¿Quiénes están más cerca de Dios? ¿Quién cumple con la palabra divina? Hay que predicar con el ejemplo Eminencia. Pero resulta que la predicación a destiempo sin ton ni son no es más que una provocación homófona inadmisible en tiempos que corre. Que por añadidura éste tiempo también le pertenece.

Con la de problemas y tareas importantes que tiene la Iglesia por hacer como para preocuparse de ésta razón humana. Sus amenazas e intenciones torticeras contra los homosexuales llamándolos “corruptos”, “prostitución” y “enemigos de Dios y de sus mandamientos” son sencillamente, innobles, escandalosas e irreverentes. Les satisface castigarlos por la eternidad sin derecho a Cielo por nacer o ser Homosexual. Aquí reverendo en mi tierra se dice:…apaga y vámonos. Hay que cambiar el chip Sr. Reg Plá. ¡No hay más remedio! Porque el discurso al que nos tiene acostumbrados aparte de ser chocante que nadie cree es horriblemente dañino para unos seres que sufren inmisericordes los latigazos de la Santa Inquisición del siglo XXl por inercia. ¿Que derecho les asiste Sr. Obispo de Alcalá de Henares meterse y mofarse del prójimo? Dígame: ¿Qué derecho? En España todos somos iguales ante la ley. Incluido Vd.                       

Predique con el ejemplo y métase con sus amigos los  banqueros. Con los que roban los “tesoros” sagrados para venderlos en el extranjero. Métase con los curas pedófilos de su comunidad religiosa que tanto mal le hace a la sociedad.  Métase con quienes provocan la pobreza y las desigualdades. Con los que hacen las guerras. Métase con las moralinas descafeinadas y un largo etcétera que es más ético y moral que meterse con los homosexuales porque les ve “débiles e indefensos” Olvidando quién así piensa y actúa que la colectividad homosexual en el mundo es amplia y universal- como la Iglesia misma- y que ninguna iglesia, ninguna religión ó secta llámese como se llame, podrá callar la voz de éstas personas que piden justicia y mejor trato por parte de quiénes practican los golpes de pecho en nombre de Dios, de Alá, o Yahvé.   

                                                                   Muy atentamente.
                                                                          
                                                                      Pedro Romero Baro

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